No quiero ser perfecta. Tal vez te asombre, pero cuando conozcas mis razones, pondrás en duda tu deseo de serlo.
Ni la misma perfección es perfecta. La perfección es una imagen mental, no palpable. La perfección implica una constante presión y la obligación de crearte a través de esa imagen mental, no palpable. Y eso te impedirá ser tú mismo. El fallo de no ser perfecto (a través de tus ojos o de ojos ajenos) te lleva a la frustración. La perfección significa miedo, el miedo de no ser quien quieres ser, el miedo de no poder imitar el clisé de la perfección, el clisé de la imagen.
Además, tú como ser perfecto, no tienes permiso para equivocarte.Recuerda que las personas perfectas nunca se equivocan. Las personas perfectas siempre tienen la necesidad de tener la razón. La perfección siempre te criticará y te evaluará para que quedes conforme a su imagen. La perfección no es sinónima a la libertad, sino al control constante, a la subyugación.
¿Aún quieres ser perfecto? Nunca lo serás. Los seres humanos nacen imperfectos.
La supuesta perfección que ves en otros se llama mejoramiento,incremento, progreso, una mejora constante que se obtiene sólo a través de trabajo y esfuerzo con gran riesgo de fallar. Preparate para fallar y falla para prepararte. Y más que nada, sé tú mismo.
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