A veces hay contradicciones. Contraindicaciones de que no digas o hagas lo que sientas y pueda molestar a otros. Y sin embargo no eres sincero contigo mismo y con los demás. A veces hay más alegria y felicidad en el alma de lo que uno piensa. A veces un golpe en la cara puede significar varios pasos delante del que se atrevió a dartelo. A veces golpes son sabiduría y alegría de saber que eres un árbol de frutas frescas y llenas de zumo a a las que algunas personas no tienen permiso de llegar. A veces te das cuenta de que tienes más amor de lo que pensaste. Tanto interior como exterior. Muchas veces el perdón perdona el odio y perdona el amor. El perdón perdona todo. El amor supera el infinito y no deja llegar la traición al alma por muy cerca que esté. A veces el amigo eres tú mismo. El fiel crítico, el amante, el esposo eres tú y todo el amor que llevas dentro de ti y que recibes. Todo el amor que das y todas las bendiciones que envías a los demás sin esperar lo mismo de ellos. Porque donde hay amor está Dios y donde está Dios hay abundancia de buenos y honestos sentimientos. Y aunque la tración exista se escapa para no convertirse en positiva. Porque hay más amor de lo que piensas.
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